lunes, 22 de junio de 2009

¿QUE SIGNIFICA SER SOLIDARIO...?????




¿Qué significa ser solidario?

A la luz de las palabras, significa adherir o asociarse a una causa; ser responsable por las obligaciones contraídas entre personas. La palabra conlleva el sentido de solícito -poner en movimiento una acción-; de solidus -verdadero, perfecto, total-; de solidatus -consolidado en ambos sentidos- y de solidationes -fundaciones o fundamentos-.

A la luz del Evangelio, ser solidario significa hacer propias las necesidades del otro; sentirse comprometido y actuar por el prójimo, soldando, haciendo una las necesidades o voluntades de dos o más personas. Para que se cumpla esta condición, es necesario primero que ambas partes se pongan en el lugar del otro, y en el extremo, se nieguen a sí mismos, al ser y actuar, por y para el otro, haciendo propia la situación ajena; y transformando así la relación en algo perfecto, pleno y verdadero, en función del amor y del plan de Dios. Vemos claramente que en el auténtico sentido cristiano, puede haber solidaridad sólo si la acción nace de la caridad, la cual le brinda los beneficios y plenitud de alcances que otorga el amor.

Ser solidario: Una exigencia natural.

De acuerdo al pensamiento cristiano, y por ser la verdadera solidaridad “hija” del amor, exige a la conciencia. Quien no dispone de plena conciencia de sus actos, difícilmente puede ser solidario, y lo que realiza es “una caricatura de la solidaridad” según las gráficas palabras del Padre Hurtado.

Por nacer de la sana conciencia, ella es una exigencia ética natural. Esto significa que no es posible acceder a una plenitud de vida -o lo que es lo mismo, a la realización personal-, si no se acepta a la solidaridad como a una parte integral de la personalidad humana. Ella no es un mero asunto de generosidad, con la cual se la suele confundir, sino de realismo y de conciencia ante las condiciones naturales de la existencia humana.

¿Es solidaria la filantropía?

La filantropía y la beneficencia son formas de actuar muy loables, necesarias y oportunas, pero esporádicas, y donde los alcances del compromiso adquirido son siempre limitados a la voluntad del benefactor y no del necesitado. La filantropía y la beneficencia conllevan una forma positiva de actuar, más, frecuentemente, se manifiestan con aires de superioridad y un tanto egocéntricas. Implican una actitud de “sentirse bueno”, la cual es contraria a la realidad que debe imperar en un católico, quien, consciente de su realidad de pecador, debe actuar frente a los recursos de su propiedad con justicia, como un administrador de bienes cuya función es principalmente social; se debe al prójimo... y no a la inversa. Ser católico nunca ha sido lo mismo que decirse católico; ser miembro de la Iglesia de Cristo y decirse cristiano por una filiación y el cumplimiento de algunas normas elementales, dista mucho de ser un auténtico cristiano. Y el mundo necesita cristianos, necesita católicos auténticos; y evangelizar prioritariamente a aquellos que dicen serlo y no lo son, ya que causan gran confusión y mayores daños al Reino de Dios.

Es indispensable aclarar que la filantropía y la beneficencia son bienes necesarios y dignos de mérito, pero no por ello se las debe confundir con ser solidario, una acción pura y plena en sí misma, que conlleva la idea de permanencia, de constancia, de compromiso infinito... de hacer todo lo posible y que esté a nuestro alcance para atender las necesidades de otro, como propias; lo cual únicamente se puede ver y comprender a la luz del amor de Dios.

La opción humana: Despertar espíritus solidarios.

Habitualmente estamos enfrentados a diversas campañas de “solidaridad” y a sus esfuerzos publicitarios por parte de nuestra sociedad; Iniciativas estas, que son extremadamente necesarias y deben ser atendidas a cada momento, pero tengamos claro que jamás ellas serán una solución definitiva, plena, efectiva y eficiente, para quienes son su objetivo.

Necesitamos con urgencia hacer comprender a todos los miembros de nuestra sociedad, que la solidaridad está ligada al grado de conciencia que tengamos sobre la vida misma. No es un asunto de los poderosos, autoridades, empresarios, adinerados, etc., prueba de lo cual es que el poder cambia continuamente de manos, y las formas de actuar son muy similares frente a circunstancias similares. Esto es un asunto de cultura social y de humana conciencia social, lo que debe ser atendido a todos los niveles de la sociedad.

La solidaridad es mucho más que “sentirse bueno” o “sentirse mejor” por alguna acción puntual, se refiere a un aspecto esencial del ser auténtico, de ser uno mismo, de aceptar nuestra identidad y realidad donde ninguno de nosotros “es”, sino en la medida de nuestra relación de compromiso con los demás. Nadie puede ser -comprendido como identificarse a sí mismo frente a la existencia-, sin previamente haber adquirido la conciencia de lo único auténticamente propio que disponemos: nuestra libre voluntad y capacidad de amar, de darnos a otros seres por otros seres, de identificar e interpretar sus necesidades como propias, y atenderlos con la urgencia, perseverancia y la dedicación que otorgamos a las propias necesidades.

Mientras no comprendamos que sólo en el prójimo podemos ver el reflejo de nuestra verdadera identidad, jamás aprenderemos el sentido de la solidaridad, del compartir, o de la compasión; y así, mientras permanezcamos en este mundo, jamás será posible que comprendamos el maravilloso significado de la Voluntad de Dios y el prolífico sentido de la auténtica misericordia.


Eduardo Armstrong
http://es.catholic.net/empresarioscatolicos/436/1027/articulo.php?id=23628

domingo, 21 de junio de 2009

DESDE MI SER....


Mi reflexión apunta a cada uno de aquellos que habremos de jugar un rol ante este desafío, en un intento de sentir en lo íntimo de mi ser, lo mismo que hará vibrar la profundidad de la conciencia de cada uno de ustedes. Les pido entonces, que acepten esto que pretendo expresarles como la revelación de una confidencia que, a la vez, es casi una oración profana.
Pienso en el medico que habrá de decidir, casi siempre con urgencia, si el donante esta vivo o esta muerto, y me apiado de él. Es quizás más de lo que podemos exigir a un ser humano. Por eso pido por él, no tanto por el médico, sino más bien por el hermano enfrentado con dilemas que exceden largamente su dimensión profesional.
Pienso en el enfermo que necesita un órgano, y en sus familiares; en cómo será el tiempo de espera, cuál habrá de ser la calidad de ese tiempo de dependencia del prójimo que quiera compartir con ellos la aventura de la vida y de la muerte. Y pido por ellos. Pido por que si se salva esa vida, sea dedicada a completar el aprendizaje que este transito terrenal nos propone. El donante, ya en otra dimensión, recibirá de este modo el mejor homenaje.
Pienso en el donante, y admiro su coraje. Y reverencio su fe en la Ciencia. Pido que no sea defraudado; no hay pena capaz de saldar los delitos contra el alma.
Pienso en el indeciso. Pido respeto para él, porque nadie tiene derecho a cuestionar lo que cada uno decide hacer con su cuerpo, con su vida y con su muerte.
Pienso en el indiferente. No me siento capaz de censurarlo, quizás porque estoy convencida de que hay un tiempo para todo. Por eso pido por él paciencia y comprensión.
Pienso en los investigadores científicos. Y también pido por ellos, para que no dejen de buscar hasta encontrar la manera de que no sean necesarios los transplantes; aunque esta invocación parezca un contrasentido. En esencia, lo que estoy pidiendo es cada vez más luz para las mentes esclarecidas, para los espíritus tenaces y para los corazones desbordantes de amor de nuestros hermanos investigadores; siento desde mi fe, que no puede estar lejano el día en que la ciencia nos asombre una vez más con un nuevo avance en la preservación de la vida, que haga de esta maravilla de los transplantes una honrosa memoria en el archivo de nuestra estirpe.
Pienso en Dios, en el Dios que cada uno tiene, a veces a pesar suyo. Y a Él le pido todo lo que pido para cada uno de nosotros. Luz, mucha luz para todos, especialmente para acelerar la fuerza incontenible del amor que, en última instancia, es el sentimiento que hoy me impulsa a compartir esta inquietud con ustedes.

http://www.hechizos.info/articulo_desdemiser.html

miércoles, 17 de junio de 2009

“A través de sus órganos, mi esposo sigue dando vida”




jueves, 18 de junio de 2009


Hace poco más de un mes, Luis Rafael estaba organizando el cumpleaños de quince de su nieta junto a su mujer, cuando sufrió un ACV (accidente cardiovascular) hemorrágico que le provocó la muerte. Pese al dolor y lo repentino de la situación, Ana y sus cuatro hijos lo consensuaron y decidieron donar los riñones. También existía la posibilidad de dar las córneas, “pero mis hijos se opusieron por lo que implican simbólicamente los ojos”, acota.

Aunque es una persona muy creyente, que prioriza la solidaridad y el respeto por los demás, Ana no se hubiera animado a tomar la decisión, si no fuera por una charla que mantuvo con su esposo días antes del accidente.

“Estábamos conversando sobre el tema y coincidimos en que era una lástima no poder ser donantes debido a nuestra edad. Después me enteré de que sí existía esa posibilidad con algunos órganos y le comenté del diálogo a los míos”, confió Ana, quien tiene 10 nietos.

Hoy, con un poco más de distancia, la mujer asegura que volvería a tomar ese camino. Su única duda era cómo iba a reaccionar la familia directa de Luis, pero su temor desapareció cuando una hermana le dijo que ése había sido el mejor broche de oro. “Entonces me quedé tranquila, sus palabras me dieron la paz que necesitaba”, agrega.

Si bien el Incaimen resguarda la identidad de los donantes y receptores para evitar confusiones, Ana sostuvo que con el tiempo le gustaría conocer a algunas de las personas que recibieron los trasplantes. “Yo sé que él ya no está, pero también somos conscientes de que a través de sus órganos sigue dando vida. Y eso nos hace sentir mejor”, argumentó la mujer del barrio Villa Nueva.

Ana Petrisan - Esposa de Luis Rafael

http://www.losandes.com.ar/notas/2009/6/18/sociedad-430438.asp

“No podíamos permitir que tanto amor se perdiera”



jueves, 18 de junio de 2009


Cuando Facundo nació, los médicos le dieron tres horas de vida. Vivió ocho años, gracias a la voluntad y el cariño que tanto él como su familia pusieron para mantenerse juntos. Un tiempo antes de partir en abril de 2003, le hizo saber a su mamá Laura que quería ayudar a vivir a otras personas. Por eso, cuando llegó el momento, su familia supo lo que tenía que hacer y ese gesto dio vida a cinco argentinos. “Tanto amor no se podía perder”, resume su papá, Enrique Luján.

El pequeño padecía de un tumor cerebral, que le producía hidrocefalia. “Vivía con riesgo de muerte, pasaba períodos en coma. Facu entraba a terapia tres veces al año y nosotros con él”, cuenta Enrique. Por ser testigos de esta lucha, los médicos nunca les plantearon la posibilidad de una ablación. Fue la familia quien entonces pidió que Facundo fuera donante múltiple. Horas después, un niño que estaba internado en Buenos Aires con pocas posibilidades de vida, recibía un trasplante de hígado.

“Creo que son personas elegidas para ese momento, tanto el donante como quien recibe los órganos. Si nosotros no cumplíamos su voluntad, le hubiéramos quitado la posibilidad de trascender lo físico”, señala emocionado. Aunque los recuerdos pesan; Enrique, Laura y su hijo Nahuel prefieren hablar del tema porque están convencidos de que la desinformación es el mayor obstáculo para la donación de órganos.

“Hay mucho temor infundado. ¡Si la gente supiera el complejo proceso que se pone en marcha con una donación y el respeto con que se manejan los profesionales!”, señala. Ellos ya habían aceptado la cirugía y de todos modos los médicos los llamaron tres veces a su casa para confirmar la decisión.

Enrique Luján - Papá de Facundo

http://www.losandes.com.ar/notas/2009/6/18/sociedad-430437.asp

lunes, 15 de junio de 2009

NICOLAS BRINGAS... UN PROMOTOR DE LA VIDA...!!!

DONÁ LOS ORGANOS. DONÁ VIDA.



17/07/08
Alguien busca lo que tu tienes; alguien tiene lo que tú buscas; es la interdependencia que Dios ha querido que haya entre los hombres; no somos independientes unos de otros; todos dependemos de todos, todos estamos para todos, todos servimos para todos.
Si no todos servimos para todo, sí todos servimos para algo; y, si no todos podemos ser útiles a todos, sí que todos podemos ser útiles para alguno; de ahí que no nos veamos libres del servicio a la comunidad, por más limitadas que sean nuestras fuerzas y relaciones humano-sociales.
Alguien busca lo que tú tienes y, en consecuencia, lo puede recibir de ti; y tú estás obligado a dárselo. Alguien tiene lo que tu buscas; y, por lo tanto, de él lo puedes recibir; y él estará dispuesto a dártelo, si tú estás dispuesto a pedírselo, dándole lo que tu tienes.
Da, si quieres que te den; pero da, no porque esperas que te den, sino por el simple gesto de dar, porque valoras a aquel a quien das y te das; porque sabes que él necesita de ti. Dios da y no espera nada de su criatura; imítale.

Alfonso Milagro.

Hoy los que necesitan son: Victoria, Ia, Josefa, Miguelito, Emiliano y muchos más.

Doná los órganos. Doná Vida.

Hay 5436 personas en lista que esperan del mejor gesto, la donación de órganos.




SI PASO Y NO DEJO HUELLA... PARA QUE PASO????



4/06/09
Hola a todos, pido perdón antes que todo, porque hace mucho que no renovaba el Fotolog.
Les cuento que ya hace un año que estoy trasplantado y me siento tan bien que parece un sueño, todo anda de maravillas y con viento en popa gracias a Dios, mi donante y la vida. También gracias a mi vieja querida y mis hermanos y mi viejo, a todos mis familiares: tíos tías, primas, primos, abuelas. A mis amigos y compañeros que me re bancan y me cuidan.
No nos olvidemos que la donación de órganos logra esto como lo hizo en mí. Logra salud, logra mas tiempo de vida, logra felicidad, aliento y ganas de seguir luchando y viviendo. Salva vidas y las convierte en felicidad. El trasplante no es un camino fácil, pero todo lo bueno que tiene lo hace maravilloso.
Lo mejor que uno puede hacer en vida es donar los órganos, para que cuando nos toque partir prolonguemos algo nuestro en alguien que de seguro lo va a saber aprovechar, porque sabe lo que es pasarla mal con su problema de salud.
Doná los órganos y hace felíz a un promedio de 7 personas.
La vida es simple, la vida es digna de ser vivida, agradeciendo siempre a lo más mínimo. Eso limpia el alma y te hace cada vez mejor persona. Siempre hay que ver lo positivo, gracias a esto se contruye mejor una base para todo lo demás.
Saludos a todos y pronto seguiré renovando este Fotolog.
El que quiere se puede sumar al grupo de Donación y trasplante de órganos que hice en Facebook. Les dejo el link:
http://www.facebook.com/posted.php?id=1599666367&share_id=107981625940&post_id=107981625940&comments=#/group.php?gid=75355033083
¡Hasta la próxima! Nico.



Nicolás Bringas... un cordobés... un joven que apostó a la vida... que tengo el orgullo de conocer... que lo abracé con la fuerza de esos seres que sabemos compartimos el mismo camino... camino de la Fé y la Esperanza...en la lucha por la vida... Tuvo su oportunidad y desde sus diferentes espacios... promueve la importancia de ser DONANTE DE ORGANOS...para que los que han quedado esperando tengan la misma oportunidad que él...

Su Fotolog es http://www.fotolog.com/nfb033
Su espacio en Face Book es el grupo de Donación y trasplante de órganos cuyo link es http://www.facebook.com/posted.php?id=1599666367&share_id=107981625940&post_id=107981625940&comments=#/group.php?gid=75355033083

Gracias Nico... y gracias a tu madre Alejandra... me siento muy feliz de contarlos entre mis afectos... y tus aportes tendrán siempre un espacio este lugar de los Sueños y las Eperanzas...

Gla

domingo, 14 de junio de 2009

UN TESTIMONIO DE ESPERANZA PARA MIS HIJOS... Y PARA MUCHOS MAS...

REPORTAJE
Supervivientes
Plusmarquistas del trasplante




Iban a morir. Tenían los días contados. Los órganos vitales de un donante les salvaron en el último momento. Los médicos les dieron una esperanza de vida limitada, pero la han pulverizado. Éstos son los españoles con más años de vida después de haber sufrido un trasplante. Ellos sí que hacen historia cada día.

Antonio Nadal, de 50 años, y Susana Javaloyes, de 37, son conocidos, paisanos y residentes en Alcoy (Alicante). Se llevan 13 años, casi una generación, pero en realidad son coetáneos. Dos adolescentes. Susana cumplió 15 años el pasado 10 de enero. Antonio acaba de tirar la casa por la ventana para festejar su mayoría de edad hace dos semanas, el 20 de julio. Esos días, hace esos años, volvieron a nacer en dos quirófanos de Londres y Burdeos.

Entraron condenados a muerte. Sin resuello. Sus pulmones, destrozados, estaban a punto de expirar. Un trasplante les devolvió el porvenir que una grave enfermedad genética –a Antonio– y un síndrome tóxico producto de una trágica negligencia empresarial –a Susana– les negaba. Nadal recibió los pulmones y el corazón de un chico inglés de 20 años muerto a lomos de la moto que guiaba sin casco. Javaloyes, los pulmones de una mujer francesa fallecida a los 35. La suya fue una huida hacia adelante. La clase de viaje sin retorno que sólo emprenden quienes no tienen nada que perder.

A principios de los noventa, las expectativas de los trasplantes de pulmón eran poco menos que nefastas. Desde que en 1986 los doctores Patterson y Cooper, de la Universidad de Toronto (Canadá), documentaron la técnica en The New England Journal of Medicine, sólo unas cuantas personas se habían sometido en tres o cuatro hospitales del planeta a la que aún sigue siendo la intervención más comprometida del órgano más delicado de todos los susceptibles de ser trasplantados. De ellas, sólo unas pocas seguían vivas el 20 de julio de 1990, cuando Antonio Nadal entró por su pie en el hospital Harefield de Londres un rato después de que le sonara en plena Exhibition Road el busca que le avisaba de que había un donante. El panorama no había mejorado mucho el 13 de enero de 1993, cuando Susana Javaloyes, en coma por lo que luego se llamó síndrome Ardystil, fue trasladada contrarreloj desde la UVI hasta el quirófano del hospital Xavier Arnozan de Burdeos mientras llegaban en avión sus pulmones de repuesto. Ya se verá cómo acabaron Nadal y Javaloyes esperando un milagro a pecho descubierto tan lejos de Alcoy.

Ambos sabían lo que hacían. Eran muy jóvenes para morir –Antonio tenía 32 años; Susana, 22–, pero no tanto como para ignorar sus opciones. Los médicos no se habían pillado los dedos. Ni mordido la lengua. Tiraron de datos. “El 74% sigue vivo a los dos años del trasplante”, le dijeron a Antonio. “Igual puedes morirte en la operación, que de rechazo al mes, al año, o durar 10, con suerte”, informaron a Susana. No eran agoreros. Nadie había durado tanto tras un trasplante pulmonar. Entre otras cosas, porque no hacía tanto que se practicaban. Una década. Una miseria para una persona joven y sana. Una eternidad para un enfermo desahuciado.

El caso es que Nadal y Javaloyes siguen aquí. Contra todo pronóstico. Antonio es, probablemente, el hombre vivo más longevo tras un trasplante pulmonar. Rafael Matesanz, director de la Organización Nacional de Trasplantes y autoridad mundial en la materia, sólo conoce un caso de mayor supervivencia. Una británica de 67 años que sigue viva después de ser trasplantada en 1988 en Londres.

Susana también ha batido récords públicos y, sobre todo, privados. Nunca pensó que llegaría a los 40, y su cercanía comienza a cobrarle ciertos peajes. “Me va a hacer falta un lifting, quién me lo iba a decir”, bromea. Javaloyes, como Nadal, como los demás trasplantados de corazón, hígado, intestino y riñón que cuentan aquí su vida, lleva la procesión por dentro. Son campeones de supervivencia, sí. Hacen historia cada día. Pero el miedo es libre. Y la esperanza también. Debe de ser cierto que la tierra imprime carácter. Lo dicen los paisanos Antonio y Susana.
Tienen más moral que el alcoyano.

EL BUSCAVIDAS



–I want speak with the sister Duncan, please.

Antonio Nadal no tenía ni idea de inglés aquel día de 1988 en que se armó de valor y de un diccionario Collins, cogió el teléfono de su casa de Alcoy y llamó al Bronton Hospital de Londres. El que estudió en el colegio se le había oxidado ya a este ingeniero de 30 años que había pasado prácticamente de alumno a profesor de la Universidad Politécnica de Valencia. El inglés de la física no entiende de los verbos auxiliares ni las fórmulas de cortesía que rigen en el protocolo telefónico británico. Pero el miedo que impulsaba a Nadal a hacer aquella llamada no era precisamente al ridículo. Le iba la vida en ella.

Estaba en las últimas y lo sabía. La fibrosis quística que le diagnosticaron a los 19 años en el hospital La Fe de Valencia le tenía contra las cuerdas. Nadal sufre la alteración cromosómica Delta F-508, de infausto pronóstico en la época. Sus genes anómalos provocan secreciones muy espesas que afectan al aparato digestivo y respiratorio. A esas alturas, las mucosas habían arrasado sus pulmones. Las infecciones le dejaban sin aliento. Le habían prescrito oxígeno las 24 horas y, aunque este “rebelde tranquilo” se sublevaba y continuaba con sus marchas por el monte y sus clases de ingeniería mecánica, ya se veía quién iba a ganar el pulso. En La Fe no le dieron alternativa. Un médico del Ramón y Cajal pronunció una palabra: trasplante –“me acojonó muchí¬simo”– y le puso en contacto con José Antonio Lasheras y Raquel Pozas. Este matrimonio ya había visto morir a dos hijos jóvenes y conocía la limitada oferta de últimas esperanzas para su mal. Le dieron un teléfono y un apellido inglés: Duncan. Faltaban aún un par de años para que en España se empezaran a abordar los trasplantes pulmonares. Demasiado para Antonio. Así que se buscó la vida por su cuenta.

“Mi trasplante lo moví yo”, dice hoy ante un café bombón en La Placeta, el bar donde desayuna cada día antes de dar sus clases en el campus de Alcoy. “La ventaja de ser enfermo terminal es que no quieres morirte. Sabía que lo mío era mortal, pero estaba convencido de que salía de ésta”. El caso es que la enfermera Duncan le entendió. Le pasó con la neumóloga Margaret H. Hudson, que le citó en su consulta con una primera exigencia: mejorar su inglés. Pero para Antonio era más urgente hacerse con un impreso. “El E-112, que autoriza el tratamiento en el extranjero financiado por la Seguridad Social, yo no podía pagarlo”. Peleó: “hubo médicos y funcionarios que me dijeron que para qué me emperraba, si me iba a morir igual”. Y lo logró. Pidió la baja en la Universidad y se plantó en Londres. Iba con su madre, Amparo Gisbert, una alcoyana de armas tomar que dejó su alpargatería –Calzados Nadal– a cargo de su marido y su otra hija y acompañó a su primogénito en la aventura de su vida.
Hudson fue explícita. Si se quedaba en Inglaterra podía entrar en el programa de trasplantes cardiobipulmonares –dos pulmones y corazón en bloque– que realizaba el Hospital Harefield, un santuario donde un equipo internacional de eminentes cirujanos dirigidos por Maddfi Yacoub –“un egipcio que se hace célebre en Gran Bretaña tiene que ser bueno de cojones”, avala Nadal– intervenía a la desesperada al goteo de desahuciados de todo el mundo que acudía allí en busca de su última oportunidad.

Antonio se quedó. Entró en el nivel 1 de los tres que contempla la lista de espera británica. Llevaba casi dos años viviendo de alquiler en Londres –“la colonia española nos ayudó mucho”– cuando el 19 de julio de 1990, a media tarde, le sonó “el bleep” en plena calle: tenía dos horas para presentarse en el hospital, había un donante para él. “Me cagué vivo”, resume el aludido. Entró a pie en el Harefield –“significa campo de batalla, qué menos”– ante el pasmo de los celadores. “Les dije que venía por un trasplante y preguntaron por el enfermo. Cuando les dije que era yo, me querían matar por ir sin la mochila del oxígeno”. Nadal sabía lo que le esperaba. Lo había visto dos veces en vídeo: una partida de dominó a todo o nada. Le iban a sacar sus pulmones y su corazón para ponerle a cambio los de un muerto y, a la vez, iban a recolocar su corazón sano en el pecho de otra persona a la que acababan de quitarle el suyo destrozado. “Por eso se llama técnica del dominó: consiste en cambiar unas fichas por otras en la misma partida”.

Doce cirujanos, once horas de intervención, un ballet endiablado. Dos milagros en cadena. Dos madres en la sala de espera. “Your son, my daughter”, le dijo una señora a Amparo Gisbert llevándose la mano al corazón. No hacía falta saber inglés para entender que el corazón con que nació Antonio iba a empezar a latir en el pecho de una chica escocesa. “Luego, ella no quiso conocerme, ojalá siga viva”, dice hoy el receptor-donante. El trasplante de Antonio fue un éxito. A los diez días le dieron el alta. Pero él no se quería ir. “Estaba aterrado. Soy ingeniero, la operación la comprendía perfectamente: era una cuestión mecánica: quito, pongo, empalmo; pero el rechazo de tu organismo al cuerpo extraño que le has metido está fuera de control. Me convencieron midiéndonos el oxígeno a la enfermera y a mí: estaba mejor yo”, se justifica el probable plusmarquista mundial de supervivencia tras un trasplante pulmonar.

Una suerte que el que fuera un día “católico, apostólico, alcoyano” y hoy se confiesa “creyente descreído” no se explica del todo. “Me pusieron el motor de un chaval de 20 años, material de primera, tuve buenos órganos, buenos médicos y supongo que buena suerte”. Esa que no tuvieron el vasco Arturo, ni la guapísima italiana del Veneto, ni todos los demás amigos de Harefield que murieron más temprano que tarde a causa del temido rechazo que él ha logrado esquivar de lejos.
“Antonio tiene unas pruebas funcionales de un varón de 50 años sano. No ha tenido ni un ingreso hospitalario, es un caso único”, certifica Pilar Morales, la neumóloga que revisa cada seis meses sus pulmones. Eso sólo desde que Nadal, que acudía a Londres a revisión, tuvo a bien pasarse por La Fe e informar a los doctores de que llevaba una década trasplantado, vivo y coleando en Alcoy. Desde 1990, los equipos de La Fe, en Valencia; Vall D’Hebron, en Barcelona, y otros cinco en España realizan trasplantes pulmonares –185 en 2007– sin salir del país, pero ninguno de sus pacientes ha llegado a celebrar su mayoría de edad trasplantado, como Antonio hace dos semanas.

“Volví a nacer en Londres”, reconoce este “hijo de la Transición” culto, irónico y locuaz, capaz de reírse de su sombra. Un tipo solitario para el que la felicidad consistía en tomar un plis-play –licor de café con cola– oyendo a Pink Floyd acodado en la barra del Buho, legendaria discoteca alcoyana que jamás le vio bailar. Pero eso fue antes de Harefield.

“De enfermo, todo está planificado y pautado, luego quieres beberte la vida a tragos, y poco a poco aprendes a vivir al día”, dice Antonio mientras empuja con una cerveza seis u ocho de las 20 o 30 cápsulas de enzimas pancreáticas que toma diariamente además de la medicación antirrechazo. El trasplante no cura la fibrosis, y su páncreas sigue sin absorber bien las grasas. Los pulmones, sin embargo, no evidencian el zarpazo del mal. “Hay pocos enfermos de fibrosis quística tan mayores. Antonio es un enigma, un campo de estudio privilegiado”, dice Morales. Él, por si acaso, no ha perdido el tiempo. En noviembre nace su segundo hijo. No quería niños, pero Dolores, la mujer que se enamoró de él mucho después de que volviera a nacer, sí. Cedió y ahora es un padrazo. Aspira a enseñarles a sus hijos el mundo. “Un superviviente es alguien que se adapta, ¿no?”.

A POR LOS CUARENTA



–¿Sube, señora?
Susana Javaloyes casi se desmaya cuando aquel crío le ofreció amablemente el ascensor. Le había llamado de usted y señora. A ella, una chica que nunca iba a llegar a vieja. Eso al menos le habían dicho los médicos, sin decírselo, cuando le trasplantaron dos pulmones horas antes de que los suyos, deshechos por la fibrosis galopante que le provocó el síndrome Ardystil, dejaran de darle aire. Pero eso fue hace 15 años. Tres lustros. Y desde entonces Susana se ha hecho mayor.

“No pongas mi edad, que me da vergüenza”, insiste Javaloyes sin caer en la cuenta de que cualquiera que teclee su nombre en Google puede enterarse al instante de su vida y milagros. Del milagro de su vida, más bien. De cómo una chavala de 21 años que no había fumado en su vida acabó en coma terminal tras envenenarse los pulmones con las sustancias que usaba ilegalmente la fábrica textil donde había trabajado tres meses. De que otras cinco chicas y un operario ya habían muerto por la misma causa cuando la Generalitat de Valencia, acuciada por la alarma social, resolvió trasladarla en helicóptero desde el hospital La Fe de Valencia hasta el Xavier Arnozan de Burdeos y rogar para que surgiera un donante compatible en 72 horas. El equipo de neumólogos y cirujanos de La Fe ya había realizado varios trasplantes pulmonares, pero las autoridades sanitarias, en una decisión que aún hoy lamentan los facultativos valencianos, apostaron por la mayor experiencia del centro francés. Cualquiera puede ver en la portada de este periódico, la foto de Susana recién trasplantada el 23 de enero de 1993, celebrando su 22º cumpleaños encerrada en la burbuja de aislamiento de Burdeos. Vivita y respirando con sus pulmones de segunda mano.

“Estoy viviendo de más. Me dieron 10 años y aquí sigo, haciendo historia. Mi trasplante debía de haber caducado y yo tendría que estar muerta, de hecho, he enterrado a muchos amigos trasplantados que llevaban una vida infinitamente más sana y ordenada que yo, pero está claro que cuando te toca, te toca. A mí aún no me ha tocado, y punto pelota”. Susana paga la suculenta porción de coca boba alicantina que va a merendarse e invita a café en su casa. Jura que come siete veces al día –“bocadillos, pizzas, bollos”– y no engorda un gramo. Qué más quisiera ella. Así le quedarían mejor los vaqueros Dolce & Gabbana y el cinturón y el bolsazo de Gucci que lleva esta tarde. “Me chifla la moda, tengo un novio milanés y hay que estar a la altura. Pero ahora que puedo comprar modelitos auténticos, estoy tan hecha polvo que la gente cree que son de los chinos”, se ríe.

La pérdida de peso –“efecto de la medicación antirrechazo, que acelera el ritmo intestinal y dificulta la absorción de nutrientes”, según Pilar Morales, la neumóloga de La Fe que trata a Susana– es sólo uno de los peajes que paga. Las píldoras que toma para que su organismo crea que sus pulmones son suyos de nacimiento dejan a cambio a sus defensas fuera de combate. Expuestas a infecciones inofensivas que pueden ser fatales.

Fue uno de esos virus de poca monta el que estuvo a punto de llevársela por delante en 1997. El rechazo no es, como puede pensarse, un ataque que fulmina al trasplantado, sino un deterioro paulatino del órgano nuevo que limita su capacidad. Desde entonces, Susana mantiene una situación de “rechazo crónico, con una función pulmonar alterada en grado moderado-severo que le permite hacer una vida normal”, explica la doctora Morales. En ese sentido, Susana está en el peso ideal. Cuarenta kilos en 1,67 metros de altura es estar demasiado delgada para llenar los pantalones, pero si engordara mucho más, a sus pulmones les costaría oxigenar su ritmo de vida.

Porque Javaloyes no para. “Sólo mis padres y yo sabemos lo que he sufrido, nunca me ha gustado llevar la pancarta de trasplantada. Tengo temporadas buenas, regulares, malas y fatales; pero cuando estoy bien no perdono una. Yo me lo he bailado, me lo he bebido y me lo he comido to-do, hija mía”, silabea significativamente. “Pero ya no soy la que era. Ya no cierro las discotecas. Alguna noche, incluso, le digo a mi novio que estoy cansada y que si lo dejamos para otro día. El cuerpo ya no aguanta lo mismo. Debe de ser la edad”.

Susana sólo supone que está madurando porque no sabe qué diablos es eso. No contaba con ello. Era algo que les sucedía a los demás. A sus amigas del colegio, que se fueron ennoviando, casando y desapareciendo del mapa. A sus hermanas, que la han hecho tía de dos niñas. A los novios que abandonó y que luego le han ido presentando a sus mujeres e hijos. Pero a ella no. Hasta hace poco, mañana era el futuro que se marcaba cada noche. Nunca quiso hacer planes. Para qué. Iba a vivir rápido, morir joven y dejar un flaco cadáver. Pero los años han ido pasando y un día hizo cuentas. Después de mañana viene pasado mañana, y el otro, y la semana que viene, y el año próximo. Si no para ella, sí para los suyos. Y tomó algunas decisiones.

“Hasta ahora he vivido sólo para mí, quizá por despecho. Yo no estaba enferma, me arrancaron la vida de cuajo y me robaron el futuro en un trabajo de mierda por el que aún me deben dos semanas de sueldo”, explica. “Sigo sin querer dejar viudos ni huérfanos, pero llegas a una edad en la que tienes que empezar a pensar en la gente que tienes alrededor”. Por eso, hace cinco años, se fue a Milán a vivir con su novio, Marco, un químico italiano al que conoció una noche de marcha en Benidorm. La doctora Morales le dio su bendición facultativa: “Tenía la decisión tomada, y vino a pedirme que les quitara el miedo a sus padres y, de paso, a ella misma”, recuerda la neumóloga. “La existencia de Susana está condicionada por el trasplante, ella es consciente y sabe que todo tiene un final, pero tiene que vivir. Creo que está sentando la cabeza, buscando una estabilidad y un futuro que ella misma se negaba a plantearse”, dice quien se ha convertido en íntima amiga de su paciente después de 15 años aliviando sus fatigas.

Morales considera “un privilegio personal y profesional” asistir a la madurez y, “sí, ojalá”, al proceso de envejecimiento de una de las trasplantadas pulmonares más longevas del mundo. La doctora confía en que la supervivencia de Susana –y de Antonio Nadal, y de todos sus demás enfermos trasplantados– le alcance para beneficiarse del hallazgo de inmunosupresores más potentes y con menores efectos secundarios que los que ahora la mantienen viva y pueda morirse de vieja.

Mientras, Susana apura la coca, que no la sopa boba. Cuando, en noviembre de 2007, cobró la indemnización que le asignó la sentencia del caso Ardystil se afanó en cumplir escrupulosamente con todas sus promesas. Les pagó un crucero de lujo a sus padres, se hizo con un buen surtido de modelazos en Milán y se compró un deportivo.

Hace año y medio volvió a Alcoy para quedarse. Sus padres y su novio le han hecho “la envolvente”. Marco ha cambiado el laboratorio por la cocina del negocio de comida para llevar que han abierto “con vistas al futuro”.

¿No era ésa la palabra prohibida? “Claro que tengo miedo a la muerte, pero ya no vivo pensando que me voy a morir mañana. Si he llegado hasta aquí será porque soy más fuerte que este cuerpecillo mío que ha pasado tanto. Tengo locos a los médicos, soy como un trofeo para ellos, por eso voy a donar mi cadáver a la ciencia. Que investiguen todo lo que quieran. Algo tendré. Pero voy a seguir dando guerra hasta que me llegue la hora”.

Mónica Cubas. Récord español de supervivencia a un trasplante de hígado.



A los seis años se le hinchó la barriga y su piel adquirió un tono amarillento. "Parece ser que fue un virus... El caso es que tenía cirrosis". Tres años más tarde viajó desde su Tenerife natal para ingresar en el barcelonés hospital de Vall d'Hebron. "Era octubre de 1985 y los médicos me dijeron: 'Te vamos a curar". Doce horas de quirófano. Tercer trasplante infantil de hígado realizado en España. "Ya en la UCI comprobé que se me iba el color amarillento". Vuelta a Tenerife. Medicación contra el rechazo del nuevo órgano. "A los 21 necesité otro trasplante. Hoy mantengo revisiones cada dos o tres meses. Siempre queda una duda: ¿y si vuelve a pasar? Intento distraerme estudiando, a ver si acabo Arquitectura. ¿Proyectos? Trabajar, ser normal, una mujer de 32 años. ¿Hijos? Los médicos dicen que puedo tenerlos, pero mi pareja y yo aún no nos lo planteamos".- PEDRO PERIS

De mayor quiero ser ganadero". Marcos Rodríguez Primer trasplante de intestino realizado en España..



"De mayor quiero ser ganadero. Sí, de toros bravos". Caramba con Marcos. Con sólo 11 años habla como los viejos en el campo. Se sabe al dedillo los nombres de las ganaderías, de los matadores. "No me gustan los toreros figurines. Me van más los valientes, como El Cid o José Tomás".

Marcos nació en Valladolid un poquito antes de lo previsto. No ganaba peso y empezó a sufrir diarreas. Maldita involución congénita de microvellosidades. "Su intestino funcionaba un poquito al revés", explica Rosa, su madre. "En vez de nutrir a la sangre, absorbía sus nutrientes".

El 21 de octubre de 1999 se llevó a cabo el primer trasplante de intestino en España. Marcos fue operado en el madrileño hospital de La Paz. Con cuatro años ya empezó a ir al cole. Hoy está en 6º de primaria. "Las mates me matan", sonríe el muy pícaro.-

Tengo 73 años y ganas de marcha". Llibert Radua. Primer trasplante con éxito de riñón en España.



Un accidente en el laboratorio donde este barcelonés trabajaba como auxiliar químico-textil le intoxicó los riñones a los 22 años. El severo régimen alimenticio que le recetaron los médicos no logró evitar que con 29, casado y padre de una hija, acabaran desahuciándole. "En dos semanas me iba al otro barrio. Pero mi hermano mellizo me regaló su riñón. Encajó como anillo al dedo". Día 23 de septiembre de 1969. Operación en el hospital Clínico de Barcelona. "Lo primero que pedí fue una paella. Aquella cucharada me supo a gloria. ¡Imagínate, después de tantos años a régimen! Creía que no vería crecer a mi primera hija y tuve dos hijos más, tres nietos y una nieta. Si vieras cómo me calzo hoy las fabadas y los estofados. Mientras mantenga mi colesterol, disfruto de las cosas buenas. Tengo 73 años y ganas de marcha. Por eso hago aeróbic".-

"Celebro cada amanecer". José María Pindado. Récord español de supervivencia a un trasplante de corazón.




A los 41 tenía dos opciones: una vida corta, bajo los efectos de una medicación agresiva, o someterse a un trasplante de corazón. "Mari Carmen, mi mujer, estaba embarazada de cinco meses y pensé: ¿cómo voy a perderme el nacimiento de mi cuarto hijo?". No lo hizo, gracias al corazón de una chica joven a cuyos padres llegó a conocer. Una experiencia que no recomienda. "De alguna manera, los fallecidos siguen viviendo en otras personas, pero los vínculos familiares no pueden permanecer tras la muerte. Es lo mejor para ambas partes". El 17 de octubre de 1984 abrió los ojos en la UCI de la Clínica Universitaria de Navarra, grapado desde la barriga hasta el cuello. Este vallisoletano es hoy el campeón español de supervivientes a una operación de este tipo. En 1987 fundó la primera Asociación Nacional de Trasplantados de Corazón. Acaba de cumplir 65. "Lo que celebro es cada amanecer".-


LUZ SÁNCHEZ-MELLADO 03/08/2008
http://www.elpais.com/articulo/portada/Supervivientes/elpepusoceps/20080803elpepspor_7/Tes

miércoles, 10 de junio de 2009

MURIÓ ... JEAN DAUSSET....


Muere precursor de transplante de órganos , ha fallecido hoy a causa de una neumonía a los 92 años de edad en Palma de Mallorca, donde residía desde hace dos años.

El mundo dijo adiós al francés Jean Dausset, premio Nobel de Medicina de 1980, cuyos trabajos de investigación, especialmente en inmunología humana y la compatibilidad de tejidos y el rechazo de éstos los que le valieron el título de “padre de los transplantes de órganos”,al Descubrir el mecanismo de compatibilidad entre donantes y receptores.

Nacido el 19 de octubre de 1916 en Toulouse, fue médico al servicio del ejército francés durante la Segunda Guerra Mundial, sirvió en la unidad de transfusión sanguínea del ejército francés. Al terminar la contienda comenzó sus investigaciones sobre transfusiones sanguíneas y, tras un paso por la ciudad estadounidense de Boston, se instaló en París, donde a partir de 1963 fue profesor de hematología en la universidad.

En 1952 descubrió el antígeno de glóbulos blancos de algunas personas y en 1958descubrió el sistema que permitió contrastar la compatibilidad entre los tejidos del donante y los del receptor en los transplantes de órganos; reunió un grupo de éstos a los que denominó “"antígeno leucocitario humano” (HLA, según sus siglas en inglés).Fue justamente este descubrimiento lo que allanó el camino para los posteriores procedimientos de trasplante de órganos.

Profesor del Colegio de Francia desde 1978, Dausset fue miembro del consejo científico del Instituto Pasteur, fue miembro de las Academias francesas de Medicina y la estadounidense de Ciencia y había sido condecorado con la Legión de Honor y la Orden Nacional del Mérito.

Además de la investigación, se dedicó también a la política, trabajó en el Ministerio de Salud en los años 50 y fue uno de los artífices de la reforma de los estudios de medicina impulsada por el ministro galo Robert Debré.

En mayo de 2000 donó su legado científico al Museo de las Ciencias Príncipe Felipe de Valencia, donde permanece expuesto junto a los trabajos de Severo Ochoa y Santiago Ramón y Cajal.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha rendido homenaje hoy "al gran científico que representó la excelencia de la medicina y de la investigación médica francesas".

martes, 9 de junio de 2009

EL RECICLADO VITAL...


"Hay nuevos comienzos, en el lugar apropiado", dice Nadine Gordimer en Atrapa la vida, y esas palabras podrían haber sido escritas para ilustrar el sentido del trasplante de órganos, porque eso supone la donación: un nuevo comienzo en el sitio más apropiado, más vital.

En cuanto a la concienciación, quisiera aportar a este proceso colectivo dos granitos de arena argumentales. El primero tiene que ver con la sostenibilidad. No se me ocurre nada más radical, esencial, espléndidamente sostenible que la donación de órganos. Nada más coherente con la responsabilidad ecológica, con el aprovechamiento civilizado y humanista de los recursos naturales que ese reciclado vital. Nada más esperanzador que esa recuperación de la materia de la vida.

El segundo argumento tiene que ver con el hecho innegable de que todos somos trasplantados, de que todos vivimos gracias a aportaciones generadas y desarrolladas en otros cuerpos. Que la cultura, entendida en su sentido más extenso, más unánime, es un constante pasar de órganos (ideas, sentimientos, códigos, gestos, hábitos, pactos, enseñanzas, imaginaciones) de unas personas a otras, de unas generaciones a otras. Que no habría vida humana sin todos esos trasplantes que vamos recibiendo desde que empezamos a vivir. Las lenguas, sin ir más lejos, son un trasplante, una unidad entera de trasplantes que acogemos, alimentamos y transmitimos sin cesar, reciclada, maravillosamente.

http://www.elpais.com/articulo/pais/vasco/Reciclado/vital/elpepuespvas/20090608elpvas_9/Tes

lunes, 8 de junio de 2009

LA COMUN-UNIÓN




La común – unión, cuantas veces en nuestra vida escuchamos esta palabra, cuantas veces en la vida nos hacen escuchar esta palabra, cuántas veces en nuestras vidas repetimos y dejamos pasar sin escucharnos a nosotros mismos la palabra COMUNION. Entregar y recibir, dar y aceptar. Entregar y acoger, palabras que parecieran antónimos u opuestas en sus significados y aquello no es tan cierto, son palabras que solas por sí mismas no existen en la grandeza de su origen y concepto encierra “dar sin recibir, no es dar y recibir sin dar, no esa recibir”.

Esta forma de entender las cosas me nació tan espontánea, me emergió tan increíblemente lógica, que hoy considero de una naturaleza y de una profundidad y significado emocional, que increíblemente el común de la gente no la entiende con facilidad, es que si recibo tanto amor, es mi deber, dar amor y devolverlo más pleno y más grande. Mayor es cuando el valor de amor sustenta la acción de entregarlo a alguien desconocido con la misma fuerza como lo recibí, así entonces más grande será ese amor que le doy a otros, a muchos otros, tan otros que ni siquiera les conozco, tan otros que ni siquiera sé de sus existencias, tan otros que no siquiera sé si algún día llegaré a conocerlos, a verlos.

Ése es un dar extraordinario, extraordinariamente grande y más aún si se está dando algo de quien es muy querido se lo y, se lo están dando a alguien que no conozco, ni siquiera sé su nombre o sus nombres, esa acción es maravillosa, esos son los momentos de la mayor demostración de amor y generosidad: dar algo de alguno o alguna de las personas que más se quiere y enviarlo a quien no conozco, es divino, eso es vivir, eso sólo Dios lo sabe hacer, sólo Jesús capaz de dar su vida por los demás y esos demás para Jesús no eran solo los que estaban en el camino por donde transitó al Calvario, esos demás no sólo eran aquellos que le habían conocido en sus prédicas, esos demás eran todos, eran desconocidos, esos demás nunca los podría ver, esos demás y demás y demás, llegan hasta nosotros hoy, esos demás han sido y siguen siendo todos los hombres y mujeres de la Tierra. Jesús hizo esto y más aún, sabiendo que hay un solo hijo de Dios.

Pero en mi caso , hay una persona que también hizo eso, que en algún lugar de este territorio, en algún momento de su mayor dolor por ese ser que allí estaba, definitivamente entregado a Dios, en esos instantes, fue capaz de decir a desconocidos, que allí en su entorno estaban : - “Sí, doctor. Sí, señor. Yo permito que parte de este ser que tanto me hace llorar y tanto siento… que parte de él intente y sirva para salvar y prologar la vida de alguno o alguna de sus demás; esa es una persona que no conozco pero, sé claramente que desde el momento, que desde aquí, sale este órgano, yo también le consideraré mi hermano”-.


Es por eso, mi señor, que yo, este humilde ser humano, no puede más que transformarse en tu eterno agradecido, por mí y por mi familia, por todos los que me rodean , por todos los que te rogaron a ti, mi Dios, por que este milagro se produjera, agradecer al médico que me dijo:-“ Hernán, no te desesperes aún en saber quien es tu donante, él o ella, sólo entiende que esto te lo envió Dios mediante una persona o más personas, hermanas de Dios, hijas de Dios, Dignas de Dios, que decidieron hacer posible la vida de otro ser humano¡¡-“.

Esto hace tan maravillosa la fusión que se ha producido, que no sé cunado llegó, no sé cómo entró, no sé dónde está, sólo sé que la Común- Unión de un hermano o hermana con Dios, ha prolongado y permitido esta nueva vida.

No sé a cuántos o cuántas debo agradecer; sólo sé que gracias a Dios. Gracias a mi enfermedad he llegado a lo más sublime del ser humano, como es este sentir que el amor, la solidaridad y el cariño con él y por el prójimo existen, es cierto, porque hay seres superiores de corazones infinitos y de sentimientos maravillosamente grandes, capaces de decir : “Dios mío, disponed del cuerpo de mi hijo, hija, hermano, hermana, mi padre o madre, esposo o esposa, y lleva este órgano a quien desde este instante ya es mi hermano, que está muriendo y que, gracias a esta acción podrá vivir”-

Esta es la COMU – UNION, la unión de dos seres permitido mediante la acción de la ciencia, de la solidaridad, del amor y, esencialmente de la presencia de Dios que tiene en la Tierra, hijos tan bellos, nobles y tan semejantes a él como aquellos que permitieron este milagro.

Gracias Dios Mío, por permitir el milagro, que bien merece estar a tu lado eternamente esa persona. Y sus familiares, en un instante de profundo dolor fueron capaces de dar esta posibilidad de vida que es hoy la comunión de tantos y de todos.

Por: Hernán Aguilera- Trasplantado Hepático.

www.donante.cl/

domingo, 7 de junio de 2009

ESCASEZ DE ORGANOS....???


Los avances en las técnicas quirúrgicas, el descubrimiento de la Ciclosporina y la aparición de mejoras en las formulaciones existentes, así como el desarrollo de nuevos fármacos inmunosupresores han hecho posible el trasplante en un gran número de pacientes. Sin embargo, la escasez de órganos sigue siendo un gran obstáculo para el pleno desarrollo de los trasplantes y, por consiguiente, para que sus beneficios reviertan sobre un mayor número de candidatos al trasplante.

Según datos del Consejo de Europa, cerca de 85.000 personas estaban a la espera de recibir un órgano en 1995 en los países del Primer Mundo. Algunas fuentes han estimado que esta cifra podría alcanzar las 150.000 personas en todo el mundo. Por otra parte, el índice de trasplantes se ha estancado en la mayoría de países, salvo algunas, pocas, excepciones caracterizadas por un sistema de obtención de órganos con éxito.

Aumentar el número de órganos disponibles

Disponer de órganos para trasplante pasa, ineludiblemente, por un sistema de obtención eficaz. En la mayor parte de países, los sistemas de obtención se han centrado básicamente en campañas de sensibilización pública y en la elaboración de disposiciones legales que favorecieran la donación. Estos aspectos, sin embargo, han demostrado ser insuficientes por lo que se insiste en la actualidad en la necesidad de consolidar procesos que permitan una mejor detección e identificación de donantes potenciales al objeto de mejorar los índices de donación.

La mayor fuente de órganos disponible en estos momentos procede de las muertes cerebrales intrahospitalarias. Sólo entre un 2 y un 3% de todas las muertes hospitalarias reúnen estas condiciones, lo que representa, muy probablemente, unos 50 donantes potenciales por millón de habitantes. No obstante, raramente se alcanza esta cifra en los diferentes programas de obtención.

Por ello, desde diversos sectores se insiste en la necesidad de reevaluar el proceso de obtención de órganos con la finalidad de mejorar las cifras actuales. El diseño de circuitos hospitalarios que permitan detectar un mayor número de donantes potenciales (en la actualidad, la mayoría de donantes proceden de los servicios de cuidados intensivos), el establecimiento de estrategias tendentes a disminuir el número de negativas familiares (campañas y entrenamiento adecuado para los profesionales para mejorar la actitud ante la donación) y el incremento del número de centros autorizados para la extracción de órganos son algunas de las medidas a implementar por parte de los hospitales y organismos para la obtención de órganos.

Investigar otras fuentes de órganos

Más allá de los aspectos logísticos o de sensibilización y establecimiento de protocolos, la investigación en otras fuentes de órganos se apunta como una alternativa viable para el futuro.

La donación de vivo ha sido históricamente utilizada para el trasplante de riñón con resultados equivalentes al trasplante de órganos de donate cadáver. Del mismo modo, se han obtenido buenos resultados con el trasplante de porciones de páncreas, hígado y pulmón de donantes vivos, aunque esta es una posibilidad que se ha limitado en exclusiva a una estrategia de último recurso.

La posibilidad de donantes en asistolia (parada cardíaca sin muerte cerebral previa) está siendo considerada como una alternativa real para la utilización en estos donantes en estos momentos. Sin embargo, existen grandes limitaciones, de tipo logístico. Algunos estudios señalan que con esta fuente de donación, el número de donantes podrían incrementar el 20% de los riñones disponibles actualmente.

La donación multiorgánica permite incrementar de forma notable el número de órganos disponibles. Del mismo modo, los avances técnicos han favorecido que el perfil del donante no se restrinja al accidentado joven por traumatismo cráneo-encefálico, sino que sea posible considerar los accidentes vasculares cerebrales de personas de avanzada edad


http://www.trans-net.org/xenotras/horizonte.htm

Y NADIE HACE NADAAAAA... Y ES UN MAL GENERAL...!!!




Con más de 50 años de avances médicos sobre las técnicas de trasplantes de órganos, investigación e innovaciones constantes, un trasplante involucra mucho más que la faz médica para avanzar sobre cuestiones morales y de conciencia.
Y en el Comodoro Rivadavia de 2008, los principales escollos que atraviesa quien necesita un trasplante o quien ya lo recibió, poco tienen que ver con aspectos médico científicos.

La Fundación Anahí nació en 1993, en el transcurso de una campaña solidaria para una pequeña llamada Anahí, quien necesitaba un trasplante de médula para seguir viviendo.

Se trata de una institución sin fines de lucro que promueve en Comodoro Rivadavia y la región el trasplante y la donación de órganos. Dolores y Cecilia Morón, socias fundadoras compartieron su experiencia con Diario Patagónico.

La primera referencia que se tiene al hablar de trasplantes es la del INCUCAI (Instituto Nacional Central Unico Coordinador de Ablacion e Implante), en cuya página web publica que en nuestro país hay 5.537 pacientes en lista de espera, de los cuales 104 habitan la provincia de Chubut, que a su vez registra 41.274 donantes.

En referencia a ello, Cecilia resaltó que la lista es mucho mayor: “una cosa son lo que están inscriptos en lista de espera, otra es los que están gestionando su ingreso a la misma y otra es la gran cantidad de pacientes en diálisis de los que más del 50% tendrían que estar en lista de espera, con lo que el número es mucho mayor aún”.

En cuanto a la cantidad de donantes locales, Morón explicó: “el Incucai establece que dentro de la lista de espera se prioriza la zona: si hay un donante en Chubut primero se busca la compatibilidad entre los pacientes de Chubut, cuanto menos donantes tengamos acá, menos posibilidades tienen los pacientes locales, si nos dormimos, y nos quedamos tranquilos pensando que nos van a llegar donantes de Salta o Mendoza, estamos equivocados, puede suceder, pero no es la prioridad”.



Informacion al paciente

Antes de emitir su opinión sobre el sistema necesario para motorizar los aspectos relativos a un trasplante, Cecilia aclaró: “yo no soy trasplantada, pero hablo en nombre de los que no están presentes, no llegaron al trasplante o que llegaron y les fue mal”.

“Creo que una falencia muy importante y es la falta de convenios y comunicaciones entre las distintos entes de salud, privados públicos, medios de transporte y sobre todo la falta de campaña de concientización”, evaluó.

Cecilia explicó que si hubiera muchos más donantes el sistema se vería obligado a funcionar y señaló como una falla importante la información al paciente: “el paciente no sabe que tiene que tener una clave de acceso a la información y que puede usarla mediante el teléfono gratuito del Incucai o a través de la pagina web, y consultar en que condiciones está en la lista de espera, que estudios le volcaron a su historia clínica. Hay gente que nunca recibió ese número, me parece que son fallas del sistema nacional y provincial”, apuntó.

También alertó sobre la falta de controles sanitarios: “falta control en las diálisis por parte del Estado y de las obras sociales o prepagas que lo cubren, hay pacientes que se dializan bien y en otros casos hay pacientes con complicaciones o que no se le han puesto las vacunas o que no sabemos cada cuanto se cambian los filtros, hay toda una serie de controles de bioseguridad que no sabemos cada cuanto se realizan y sobre los que los mismos centros de diálisis reconocen que no los realizan ni el estado ni las obras sociales”.

Asimismo, informaron que para acceder a una lista de espera, se requieren determinadas condiciones habitacionales como piso cerámico o las paredes recién pintadas, y que en muchos casos la Fundación ha prestado asistencia y conoce casos en que lo ha hecho el PAMI, pero señalaron que otras veces, el paciente “debe solicitar una vivienda al Estado, pero por más que tenga la prioridad como discapacitado hay que esperar mucho tiempo para acceder a ella”.



Los aviones, cuando no

Tanto los pacientes trasplantados como los que están en lista de espera o aspiran a estarlo necesitan efectuar viajes periódicos a Buenos Aires y tanto Cecilia como dos trasplantados, Roberto Varas y Fabiana López, resaltaron las complicaciones al momento de conseguir un vuelo.

“Me ha pasado de tener que llegar de manera urgente a capital, y el pasaje que podía conseguir era para dos meses después sin ningún tipo de prioridad, hasta he tenido que viajar a Trelew por tierra para subirme a un avión y encima me han pedido certificado de buena salud para abordar el vuelo porque me vieron mal semblante, claro! si estoy enfermo!” explicó Roberto.

Fabiana por su parte, cuenta: “tengo muchos problemas con la entrega de los medicamentos; me los mandan vía correo y me llegan a veces, cuando había problemas de aviones no me llegaban” agregando que ante la urgencia de hacerse los chequeos “fui a averiguar por tarifa de residente y es imposible de conseguir y el pasaje más próximo es para el 24 de noviembre”.

Cecilia agrega que en numerosas ocasiones ha aparecido un donante, pero no hubo un avión que conecte al paciente con esa oportunidad.

La nómina de inconvenientes es larga y continúa, si además se tiene en cuenta la cantidad de impedimentos que encuentran a la hora de calificar para un trabajo para el que intelectualmente están capacitados, mejor que muchos aspirantes no trasplantados en la mayoría de los casos, si embargo deben conformarse con pasantías o trabajos en negro.


http://www.elchenque.com.ar/sal/temrel/08/diatraspla.htm

viernes, 5 de junio de 2009

EL MILAGRO DEL AMOR SE LLAMA... VIDA...!! GRACIAS MADRE...!!!


11,50hsMelissa Franco está de operativo!!!! Ya está en quirófano. En cuanto tengamos mas novedades les avisamos. A rezar!!!!!

21,00Hs El transplante salió bien. Recién llego del hospital. Seguía en quirófano pero salió todo bien.De todos modos hay que esperar.

01-06-09 10.30hs - Melissa ya esta sin respirador!!!!! Y peleando!!!!!!! Pidió bajar al gimnasio después de que se recupere!!!!! Buenisimo!!!!
21.30hs La mamá de Melissa me avisa que va todo bien y que esta tomando liquidos!!!

02-06-09 20.00hs- SSHH!!!! No digan nada, (jeje!!!) pero acabo de hablar por TE con Meli!!! Se la escucha bárbaro!!!!! Justo la estaban sentando!!!!

03-06-09 22.00hs Reporte tardìo: Hoy Melissa ya se incorporó e hizo unos pasos!!!!


Los otros chicos están bien, Miguelito en Paraguay por unos dias, Sofia cambió un diente, hector muy bien, Domy bien, Marianito bien. De Mica no se nada. Juan y Marcela están muy bien. Hoy bajaron al gimnasio con Bettina, la "kinesicologa de la 35".

Gracias... Conrado... siempre al pie del cañón!!

Gla

http://www.domyweb.info/site/index.php