lunes, 21 de septiembre de 2009

21 DE SETIEMBRE... DIA DEL TRASPLANTADO...


El Senado de la Nación

DECLARA:

Su beneplácito y adhesión al Día Internacional del Trasplantado a celebrarse el día 21 de septiembre del corriente año.

Ramón E. Saadi.

FUNDAMENTOS

Señor presidente:

El Honorable Senado de la Nación declara su beneplácito y sincera adhesión al Día del Trasplantado, que tiene lugar el día 21 de septiembre del corriente año, con el sentido respeto a la persona que ha podido superar terrible incidente del destino y magnífico apoyo a la lucha cotidiana para el tratamiento de su posterior calidad de vida. Asimismo, merece especial mención la obra de los científicos que hicieron posible esta proeza humana.

Es realmente preciada la tarea de los tecnólogos de la medicina moderna, pioneros en esta materia que han permitido la sobrevida del hombre mediante el reemplazo de un órgano enfermo por uno sano de otro individuo –muerto o vivo–. Es realmente un evento revolucionario de la ciencia en el siglo XX, ya sea por lo terapéutico, como por el impacto que ha causado en cuanto a su verdadera significación, además del que se ha dado en el campo del conocimiento del universo biológico.

Este hecho no es un logro de un día sino el cúmulo de años de trabajo y de investigación de biólogos, fisiólogos, naturalistas de distintas vertientes científicas y de distintos lugares de experimentación en el mundo.

Entre los primeros trasplantes que podemos recordar, es menester mencionar el milagro de San Cosme y San Damián, que eran dos hermanos médicos, mártires y patrones de los cirujanos, que reemplazaron la pierna de un paciente con cáncer por la pierna de una persona que fallecía en el momento.

En 1901 el cirujano francés Alexis Carrel (Premio Nobel en 1912 por su investigación sobre anastomosis vascular), describe las suturas vasculares y abre la posibilidad técnica y quirúrgica de realizar un trasplante, venciendo la dificultad de irrigación de los órganos injertados.

Un año después, Emerich Ullman hace el primer autotrasplante renal en un perro. En pocos años de intensa investigación A. Carrel demostró que con el autoinjerto el perro puede sobrevivir indefinidamente, pero el aloinjerto (proveniente de otro perro) rápidamente cesa en sus funciones. El postula que el poder del organismo para eliminar el tejido extraño era debido a órganos tales como el bazo o la médula ósea.

Queda planteado el rechazo inmunológico y se abre el camino hacia la histocompatibilidad. En 1906 M. Jaboulay, de la Escuela de Lyon, realiza el primer trasplante renal en humano (proveniente de un cerdo). Tres días después el órgano fue removido con los vasos sanguíneos trombosados (con coágulos).

En relación con los implantes de tejido, la Argentina fue uno de los países pioneros, realizando el primer trasplante de córneas en 1928 el doctor Antonio Manes en el Hospital Rawson.

En 1948 se registra en la Argentina el primer trasplante de huesos; lo realiza el doctor Otolengui en el Hospital Italiano de Buenos Aires.

En 1951 se crea en la Argentina el Primer Banco Nacional de Córneas y Vasos.

En 1957 también en la Argentina, el profesor Alfredo Lanari realiza el primer trasplante renal en el Instituto de Investigaciones Médicas dependiente de la Universidad de Buenos Aires. En ese mismo año se crea el Primer Banco de Tejidos a través de la ley 17.041.

En 1968, la aceptación de la muerte cerebral (definición de coma irreversible) finalmente se cristalizó en el Report of the Ad Hoc Comité of the Harvard Medical School to examine the definition of brain death. A partir de ese momento es posible diagnosticar el fallecimiento de una persona utilizando criterios neurológicos y definir el mantenimiento cadavérico para la correcta conservación de los órganos para trasplante.

Ese mismo año, en la Argentina, el doctor Belizzi realiza el primer trasplante cardíaco en la Clínica Modelo de Lanús. Sin embargo, era difícil controlar los problemas de rechazo no existiendo aún la cyclosporina.

A fines de los años 70 se consolida la práctica del trasplante de la mano de la aparición de la cyclosporina, droga que evita en gran medida las crisis de rechazo, bajando las defensas del sistema inmune del receptor. Esta droga, entre otras, se utiliza hasta la actualidad como medicación indicada después del trasplante.

En 1977 se sanciona en la Argentina la primera Ley Nacional Regulatoria de la Actividad de Trasplante en el país (ley 21.541), creando el CUCAI, primer organismo de procuración para tutelar el cumplimiento de la ley y normatizar la práctica.

A principios de la década de los ochenta, con un marco regulatorio y el control de la inmunosupresión, la tendencia al crecimiento se afirma. La instalación y desarrollo de programas de trasplantes hepáticos y cardíacos que se sumaban a los ya consolidados equipos de trasplante renal, permitieron entrar a la década de los noventa con una sólida capacidad de procuración e implante multiorgánicos en nuestro país. Fue la provincia de Córdoba la que en los años ochenta adquirió el desarrollo más importante. En esa década esta provincia obtuvo, aproximadamente, un tercio de los órganos que se trasplantaron en todo el país.

En 1980, se desarrolla el primer programa de trasplante cardíaco a cargo del doctor René Favaloro –aprovecho en este párrafo de mi moción la importante mención que merece este padre de la medicina argentina y mundial, prócer de nuestros tiempos, que hace que, al recordarlo, su solo nombre célebre nos erice la piel, por todo lo que le debemos y no pudo ser recompensado por distintos motivos que no vienen al caso en el presente, cuando todavía compartía con nosotros en nuestra patria el mismo espacio terrenal–. Es a partir de allí que se comienza con los trasplantes de corazón en forma sistemática y exitosa.

En 1986: primera modificación de la ley 21.541, sancionándose la ley 23.464.

En 1988 el doctor Eduardo de Santibáñez realizó el primer trasplante hepático en el Hospital Italiano de Buenos Aires.

A principios de los noventa, se destaca el crecimiento de la procuración en la provincia de Buenos Aires, y se pone en funcionamiento oficialmente dentro del sistema público de salud, el organismo de ablación e implante (Cucaiba). En ese momento, comienza un crecimiento sostenido aunque diverso en las distintas regiones del país.

Se desarrollan instancias de organización y coordinación, se conforman los organismos jurisdiccionales de procuración que se suman a los existentes, como el CADAIC en Córdoba o el CUDAIO en Santa Fe, y comienzan sus actividades el Incaimen de Mendoza, el Cucaicor de Corrientes, el Cucaier de Entre Ríos, así como los organismos de las provincias del sur de nuestro país. Se consolidan los aspectos legislativos, tanto en lo nacional como en lo provincial, y se logra que en la actualidad todas las provincias argentinas tengan, con un mayor o menor grado de desarrollo, organismos jurisdiccionales oficiales de procuración de órganos y tejidos para trasplante.

En 1990, con la sanción de la ley 23.885 el antiguo CUCAI se transforma en Incucai, pasando a ser un organismo descentralizado con autarquía y conservando su dependencia del Ministerio de Salud de la Nación.

El mismo año, el equipo del doctor René Favaloro realiza el primer trasplante de bloque cardiopulmonar y utiliza por primera vez el “procedimiento dominó”. Este procedimiento consistió en que el corazón y los pulmones de un donante cadavérico fueran al receptor X y el corazón del receptor X fuera trasplantado en otro receptor M.

En 1992 se realiza el primer trasplante pulmonar.

En 1993 se sanciona la ley actual de trasplante, la ley 24.193. Ese mismo año se realiza el primer trasplante de páncreas.

En 1999 se realiza el primer trasplante de intestino.

En el 2003, comienza a funcionar en el ámbito del Incucai, el Registro Nacional de Donantes Voluntarios de Células Progenitoras Hematopoyéticas (CPH), dándole respuesta a pacientes con indicación de trasplante de CPH, conocido como trasplante de médula, que no cuentan con un donante familiar compatible. Permite la búsqueda de un donante no emparentado, en la Red Internacional de Registros que agrupa en la actualidad a más de 8 millones de donantes.

Nuestro sistema de salud cuenta con miles de profesionales capacitados y centros de trasplantes habilitados, coordinados y fiscalizados en todo el país.

En los últimos 10 años nuestro sistema de salud concretó más de 10.000 trasplantes de órganos y tejidos.

Como podemos ver, endilgarnos un alto rendimiento en la meta cotidiana de nuestros científicos no suena para nada vanidoso, más aún sabiendo que nuestro país no tiene los medios de un país del Primer Mundo. Es por ello que no debemos olvidarnos, reitero, del merecido reconocimiento y la observación que el Estado debe tener para con nuestros científicos y proveerlos de medios, capacitación y tecnología adecuados, a efectos de mejorar día a día nuestro sistema de salud y poder aportar a la humanidad de todo lo imprescindible para mejorar la calidad de vida del hombre, notando que no tenemos nada en desmedro respecto de otros países del primer mundo, porque es obvio y manifiesto que lo único que hacemos es exportar cerebros para beneficio de otros Estados.

En virtud de lo dicho precedentemente, solicito a este alto cuerpo la aprobación del presente proyecto.

Ramón E. Saadi.

–A la Comisión de Salud y Deporte.

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