domingo, 17 de mayo de 2009

Y HECTOR CUMPLIÓ EL 14 UN AÑO DE NUEVA VIDA....



CRONICA DEL RECUERDO

Héctor Moreno tiene 8 años, pero la batalla por su vida que se inició hace mucho tiempo, ante la necesidad de recibir un trasplante de corazón, lo hizo muy consciente de la vulnerabilidad de sus días.


Por eso, cuando el médico entró a su habitación del Hospital Garrahan y le dijo que había aparecido un órgano, alzó las manos al techo y dijo: “Gracias, Dios”. Sus padres lo abrazaron para compartir la emoción, y horas después se concretó la cirugía.
Todo el operativo se inició cerca de la medianoche del martes 13, un día que para los Moreno estará para siempre asociado a la dicha y no al infortunio. “Nos avisaron que una mamá había decidido donar los órganos de su hijo fallecido, y yo le voy a agradecer eternamente esa decisión llena de amor y valentía. Cuando me preguntan cómo me siento, no puedo decir que feliz, porque pienso también en el dolor de ella”, decía ayer Sonia Quiroz, la madre del niño chaqueño.
Ahora hay que esperar 72 horas que serán decisivas para saber si el corazón funciona correctamente en el cuerpo de Héctor. Los médicos son optimistas pero cautos. El nene había llegado a Buenos Aires desde Resistencia cuanto tenía 4 años, en 2004, y desde entonces esperaba un donante.

“Lloraba sin parar”

El estado de salud del pequeño se había agravado en las últimas semanas, porque su corazón estaba llegando a un punto de colapso. Como resultado de ello, también había complicaciones en sus pulmones y su hígado. Este mes el chico entró en emergencia nacional, y debió ser conectado a un corazón artificial.
Cuando debió aplicársele esa asistencia, Héctor sintió una gran desazón. “Me quiero morir”, le decía a sus padres. Su situación lo obligaba a estar inmóvil en la cama, y eso era demasiado para él, habituado a llevar una vida de juegos y contactos con otros chicos. Su familia se preocupó por la depresión del chico, ya que en casos anteriores hubo niños que debieron pasar casi un año conectados al corazón artificial antes de que apareciera un donante compatible.
Sin embargo, para Héctor la espera fue mucho más breve. Tras conocerse la disponibilidad del órgano (pertenecía a un chico que falleció en San Justo, en la provincia de Buenos Aires), se disparó todo el operativo médico habitual en estos casos. La cirugía de trasplante comenzó a las cinco de la mañana de ayer, y terminó alrededor de las 9.
Sonia, ayer, hablando con NORTE desde el hospital porteño, contó que su hijo, tras agradecer a Dios la aparición de un órgano, “se puso a llorar sin parar, y a cada momento decía que por fin iba a ocurrir lo que tanto había esperado”.

2 comentarios:

Patrycia dijo...

premio para usted!
mi gran luchadora
te venis a retirarlo?

besote enorme!

Anónimo dijo...

Y ESTA SEMANA QUE PASO SE NOS FUE HECTOR. :'( ESTAS CON DIOS PRIMITO!!! LAMENTO TANTO TODO ESTO.